Ya estamos en el día 3 de Mayo. Otro gran dia, porque estamos de vacaciones 😉
Como todos los días, salvo el primero, los niños no se han movido de su cama en toda la noche! Cuando se levantan por la mañana, se ponen a jugar solos un rato, y cuando de verdad se aburren, vienen a mi habitación a que les haga caso… A veces se ponen hasta las zapatillas y la rebeca, aunque sólo de vez en cuando.
Lo dicho, otro día, otra playa.. bueno, de nuevo la Weststrand, pero bastante más al sur del faro. Salvo por el hecho de que llegar hasta allí implica más trabajo, casi mejor que las demás. Estaba muy bien, y el paseo en bici merecía la pena, aunque me costó tirar de los niños, sobre todo porque (erróneamente) tomamos un camino reservado a los carros de caballos, con lo que el suelo era muy arenoso, y el avanzar era penoso..
Al llegar estábamos un poco cansados y había que subir por una duna. A más de uno le costó un poco..
Una vez allí, nos metimos en la rutina normal.. los niños a correr un poco, buscar palos, piedras y conchas y evitar que su padre pueda estar 10 minutos tumbado tranquilamente. La rutina funciona casi siempre perfectamente, hay que decirlo.
A la hora de la comida, los niños cooperaban y comían algo de verdura y los bocatas. Ismael, como casi siempre, tardaba una eternidad, porque siempre aprovecha la «pausa» de la comida para empezar a preguntar cosas… y se hace eterno. Pero bueno, por lo menos aprende algo, ya que no come 😉
Luego, de vuelta a las bicis, pero antes, aprovechó Celine para sacarnos una foto..
De camino por el bosque (parque nacional, no hay que olvidarlo…) descubrimos una marca graciosa en un árbol.. incluso no me molesta que sea un árbol de un P.N. 😉
Una vez en casa, nos pusimos a hacer la barbacoa tradicional.. Ismael quiso ayudar a encender, y yo le dejé, pero ayudando. Lo bueno que tiene Ismael es que tiene respeto de todo y no hace el imbécil con cosas así.. tiene cuidado y una clara percepción del riesgo. Incluso a veces le tengo que animar, porque se atreve poco. Si le doy la cerilla a Lucía, todavía estamos apagando el fuego en casa 😉
Los dos ayudaron mucho a la hora de preparar los pinchos para la verdura. Quedaron sorprendentemente bien. Lucía cortó los champiñones y los ensartó cuidadosamente.
Luego, tras haber comido mucho, creo que hicimos un intento de dormir siesta. Los niños creo que no durmieron, yo caí redondo una hora (o más..), y creo que Celine también durmió. Al final casi se nos terminó el día, pero aprovechamos por la tarde para jugar un poco al memory y al Yenga.. para variar, Lucía jugaba con una cierta motricidad un tanto más gruesa que Ismael y los adultos, con lo que creo que perdió las dos o tres veces que jugamos..
Fue un día agotador para todos, pero estuvo chulo.
Buenas noches y a la cama, que mañana será otro día.
Este dia veo que resultó estupendo. Me gusta todo, incluso creo que la casa debe de estar muy bien ¿no?. Papá dice que escribas un libro y triunfarás.
Me encantar seguir vuestros pasos en las vacaciones.